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Los avances tecnológicos han revolucionado nuestra forma de trabajar en todos los ámbitos. En marketing y ventas, el ACD, también conocido como distribuidor automático de llamadas, se ha convertido en una herramienta indispensable para todas las empresas. Pero, ¿por qué debería una empresa plantearse utilizarlo? Este artículo analiza estas razones en detalle, siga leyendo.
Gestión eficaz de las llamadas
Una de las principales razones para utilizar un ACD es su capacidad para gestionar eficazmente las llamadas entrantes y salientes. Esto se debe a que los ACD pueden programarse para dirigir las llamadas a los agentes más adecuados para responder a una pregunta específica. Así se reduce el tiempo de espera de las personas que llaman y aumenta la satisfacción del cliente. Los ACD también pueden utilizarse para dirigir las llamadas a los agentes en función de su disponibilidad, idioma o ubicación geográfica, lo que mejora la calidad del servicio al cliente.
Mejora de la eficacia de los agentes
Con los ACD, las llamadas se asignan automáticamente en función de la carga de trabajo de cada agente. Esta es una excelente forma de ahorrar tiempo y optimizar el uso de los recursos humanos, garantizando así el crecimiento del negocio, especialmente para las PYME. Además, el rendimiento de los agentes puede controlarse utilizando información como el tiempo de espera, el volumen de llamadas y la duración media de las llamadas que proporciona el ACD.
Mayor flexibilidad para las empresas
El ACD también ofrece mayor flexibilidad a las empresas. Los sistemas ACD pueden configurarse para satisfacer las necesidades específicas de cada empresa. Las empresas pueden ajustar los parámetros de enrutamiento de llamadas para adaptarse a los horarios comerciales, las vacaciones, los periodos punta y las campañas promocionales, con el fin de ofrecer un servicio al cliente más eficaz, receptivo y puntual.
Los distribuidores automáticos de llamadas son herramientas esenciales y eficaces para las empresas que buscan mejorar su servicio al cliente y su eficacia operativa. Sin embargo, hay otros factores que las empresas deben tener en cuenta para garantizar una buena experiencia del cliente.